Tomamos una bocanada de aire. Sentimos que nuestros pulmones se llenan. Volvemos a hacer el mismo ejercicio: estamos disfrutando el aire fresco de una noche lluviosa y creemos y damos por sentado que nada malo puede pasar. Realmente creemos que nada malo puede pasar y ese pensamiento sigue con nosotros una gran cantidad de años hasta que, de un momento a otro, los pulmones dejan de responder. Te sientes ahogado, alcanzado y te falta el aire. Algo está pasando y no nos dimos cuenta. Caímos, como la mayoría de las personas hoy en día, en la trampa de la confianza. Dimos por sentado nuestros pulmones, no pensamos en ellos y nunca priorizamos su salud.
Hasta ahora. (Eso esperamos)
Aunque nuestro cuerpo es bastante bueno protegiendo los pulmones, sin que tengamos que preocuparnos por la suciedad o los gérmenes, existen ocasiones, o más bien sucesos que permitimos que se den, que le hacen la vida muy difícil a nuestro cuerpo; esta vez literalmente.
Ahora, para evitar este sentimiento tan alarmista, vamos a darte cinco formas de prevenir las enfermedades respiratorias:
Así de simple. El subtítulo es muy claro: no fumes. Tampoco estés al lado de personas que lo hagan, porque tragarse el humo de cigarrillo es aún peor. Hay una lista inmensa de enfermedades que están directamente relacionadas por la acción de fumar. Simplemente no lo hagas.
Una gran cantidad de productos de limpieza resultan extremadamente dañinos al ser respirados. Algunos, incluso, ocasionan daños con la primera inhalación. La lejía, el amoníaco y los compuestos que tengan como base el amonio cuaternario, son muy peligrosos, como también los vapores que se desprenden del poliestireno expandido al quemarse o de algunas ollas o recipientes que tienen tratamiento antiadherente. Lo mejor, en estos casos, es leer las etiquetas de los productos y seguir las recomendaciones.
Cada vez más se están ofreciendo en el mercado máscaras que prometen filtrar la polución y esto no es un capricho. La contaminación del aire está asociada con una larga lista de enfermedades que, incluso, pueden desencadenar en patologías crónicas o, en algunos casos, en la muerte.
Toda la información a la que hemos estado expuestos debido a la pandemia COVID-19 ha sido suficiente para mostrarnos que, efectivamente, hay una relación muy estrecha entre el cuidado y la prevención de enfermedades. La medida, que se ha narrado en toda la información mediática que se ha mostrado sobre el tema como «autocuidado», no es otra cosa que recomendaciones de fácil memorización que podemos imitar para cuidar nuestra salud. Entre las más mencionadas están: lavarse constantemente las manos, utilizar tapabocas, mantener un distanciamiento social, evitar las multitudes y tener una excelente higiene oral.
La mejor manera de lamentar, es prevenir. Y la mejor manera de prevenir, es a través de un profesional de la salud. Esto no es ningún misterio: los chequeos regulares son la mejor herramienta que tienes para conocer el estado de tu salud, especialmente la salud pulmonar.